La relación entre la Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) no sólo se reconstruye desde lo técnico, sino también desde lo gestual. Es lo que mostró ayer el propio presidente Javier Milei en una amena charla con la directora gerente el organismo, Kristalina Georgieva. “Usted es hipertransparente y creo que conectamos desde la transparencia”, le dijo el economista argentino a su par búlgara, durante el encuentro bilateral que se desarrolló en el complejo hotelero Borgo Egnaza de Bari (Italia), donde se realiza la cumbre del Grupo de los 7 (G7). “La otra forma en que nos conectamos es que ambos amamos la economía”, le contestó Georgieva.
El Gobierno argentino busca un nuevo acuerdo con el FMI, con el fin de acelerar el proceso de eliminación de las restricciones cambiarias y, consecuentemente, enderezar definitivamente el rumbo de la economía nacional. Sin embargo, el organismo advirtió que “los riesgos siguen siendo elevados” para el país y que, inexorablemente, la Casa Rosada necesita mejorar la calidad del ajuste fiscal. La recomendación fue realizada por Gita Gopinath, número dos del Fondo, tras la aprobación que hizo el directorio ejecutivo para el desembolso de unos U$S 800 millones.
La economista indoestadounidense fue más allá al solicitar un mayor esfuerzo por parte de la gestión de Milei para reformar el impuesto a las Ganancias, un tributo clave para la mayoría de las provincias que se alimentan con la coparticipación. A la vez, solicitó racionalizar los subsidios, los gastos tributarios y controlar más las erogaciones del Estado. Las recomendaciones no se quedaron tan sólo en esos capítulos. Gopinath consideró que es clave que el Gobierno avance en la eliminación de los impuestos considerados distorsivos para el desenvolvimiento de la economía.
Tras las demandas del FMI, Javier Milei se reunió con Kristalina Georgieva“Los riesgos, aunque moderados, siguen siendo elevados, lo que exige una implementación ágil de las políticas. La planificación de contingencias seguirá siendo fundamental y las políticas deberán seguir adaptándose a la evolución de los resultados para salvaguardar la estabilidad y garantizar que se sigan cumpliendo todos los objetivos del programa”, indicó la subgerente del organismo.
Estabilidad macro
El FMI emitió un comunicado con declaraciones de Gopinath, luego de que el Directorio Ejecutivo aprobó la octava revisión del programa, avalado un desembolso y destacar el cumplimiento de las metas del programa que habían sido alcanzadas y superadas por el Gobierno de Javier Milei, en reservas, ajuste fiscal y política monetaria.
“Desde la última revisión, las continuas y decididas medidas para restablecer la estabilidad macroeconómica han encarrilado firmemente el programa”, destacó Gopinath. Fundamentó que “el plan de estabilización -centrado en una sólida ancla fiscal sin financiamiento monetario- ha generado superávit fiscales y externos, un significativo aumento en las reservas, un fortalecimiento del balance del banco central y una desinflación más rápida de lo previsto, al tiempo que se ha incrementado el gasto social”.
También dijo que “todas las metas cuantitativas de desempeño hasta finales de marzo se sobre cumplieron, y se avanzó en la implementación de las reformas estructurales”. Pero Gopinath alertó que, a pesar de esos logros, “persisten algunos desequilibrios macroeconómicos y obstáculos al crecimiento, y aún queda por delante un proceso con desafíos. Se deben seguir fortaleciendo las políticas para afianzar los avances logrados hasta ahora, al igual que seguir ampliando el apoyo político y social a las reformas y protegiendo a los más vulnerables”. Advirtió que “se han logrado avances sustanciales en alcanzar el equilibrio fiscal y ahora se debe dar prioridad a seguir mejorando la calidad de la consolidación fiscal”.
La economista también se refirió a la lucha del Gobierno contra la inflación y a la necesaria unificación del tipo de cambio. “La política monetaria y cambiaria debe evolucionar para seguir afianzando el proceso de desinflación y mejorar aún más la cobertura de reservas”, indicó. En otro párrafo señala que, para apoyar la transición hacia un nuevo régimen monetario, en el que la estabilidad financiera y de precios sigan siendo los objetivos primordiales del Banco Central y donde el uso de divisas sea de libre elección, “la tasa real de política monetaria se mantendría positiva para sostener la demanda de pesos y seguir reduciendo la inflación”. En ese sentido, consideró que “la política cambiaria también debería hacerse más flexible para reflejar los fundamentos económicos, salvaguardar la desinflación, y el proceso de acumulación de reservas, sobre todo a medida que las medidas de gestión de los flujos de capital se levanten gradualmente en la medida que las condiciones lo permitan”.
Y agregó que “también son necesarias nuevas medidas para definir los pilares del nuevo régimen monetario, así como para desarrollar y empezar a implementar una reducción gradual de los controles de divisas”.